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Subida a la rellana |
Amo el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, lo amo con todas mis fuerzas. Lo amo de una forma casi irracional, el mismo tipo de amor que conocen los locos, un amor obsesivo, que incluso llega a tornarse cruel. Quise acariciar el cielo de mi querido Parque, sentirlo en mis manos. Pensaba que quizá en lo más alto de la Rellana existiese la deidad de la Naturaleza y me explicase el por qué de Cabo de Gata.
La ruta es a través de un sendero que discurre por el Barranco del Negro. Todo el sendero transcurre entre paredes encajonadas flanqueadas de palmitos,cornicales y esparto. La soledad en el paraje es brutal, el ser humano no ha existido jamás aquí, ni existe, ni existirá. Mientras andamos, nos sentimos como aquellos pioneros exploradores que descubrieron o bien pirámides en mitad de la selva,ciudades desconocidas o lugares jamás visitados antes por el hombre.
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Pinar |
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La Polacra y Torre de los Lobos desde la Rellana |
Una de las cosas más curiosas es un bosque relicto de pinos que nos encontraremos ya casi en la cima de la Rellana. Nunca formó un gran bosque, pero antiguamente, antes de que Almería fuese arrasada por la fiebre minera y sus bosques reducidos a la nada, en el Parque hubo varias de estas manchas arbóreas. Desgraciadamente esta es la más grande y mejor conservada.
Al llegar a la cima creemos llegar al Olimpo. Ante nosotros se extiende una llanura casi infinita, un mar de esparto que brilla rabiosamente al sol.Nos encontramos a algo más de 400 metros sobre el nivel del mar, y aunque es una altura pequeña, es uno de los puntos más altos del Parque. Desde aquí lo vemos todo. Nos han salido alas y volamos, volamos libremente y observamos todo lo que queremos, somo libres...Vemos al fondo Mesa Roldán, Los Frailes, La Isleta del Moro, El Playazo, La Polacra.El mar, con un azul más intenso de lo normal y completamente en calma(como nosotros) duerme plácidamente, tomando el sol en un día cualquiera del bello invierno de Almería.