Almería es un lugar lleno de contrastes. Del movimiento agitado de su capital, hasta playas solitarias totalmente vírgenes, pasando por la soledad del desierto con sus rocas erosionadas por la furia del viento, o sus bosques nevados. Es un lugar bello, único, del que es muy difícil no enamorarse.
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lunes, 18 de octubre de 2010
Cortijo Fischer
Durante años abandonado, olvidado por los almerienses, se erigía el cortijo Fischer entre una selva de árboles pertenecientes a un majestuoso jardín, olvidado también. Parecía quejarse ante la mirada impasiva de los almerienses, quería volver a ser recordado, a ser grande, y pudo ser.
El Cortijo Fischer fue edificado por el cónsul de Dinamarca, de mismo nombre, en el que estableció allí su residencia. Es el mejor ejemplo del modernismo almeriense. Sus jardines, también modernistas, fueron aprovechados para plantar naranjos y parrales, ya que Fischer se dedicaba a la exportación de uva. Más tarde, fue adquirido por el gobernador civil de Almería durante el franquismo. El mismísimo Franco se alojó allí las dos veces que visitó Almería.
Construido a finales del siglo XIX, este espectacular inmueble ha vuelto a nacer en el 2010,está completamente rehabilitado, sus jardines arreglados y adecuados, y el gallo de la veleta de su torreón vigila con placer la ciudad de Almería. Ahora, el cortijo está muy feliz, dispuesto a recibir a todos los almerienses que lo deseen. Fundámonos con él...
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