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martes, 29 de noviembre de 2011

Del Playazo a Cala del Cuervo

Hay paisajes que simplemente son sobrecogedores, la manifestación de la naturaleza en su forma más salvaje nos quita el aliento, el habla, y describir lo que se extiende ante nuestros ojos es una tarea difícil.
Esta ruta de senderismo transcurre entre los acantilados que se suceden entre el Playazo de Rodalquilar y la Cala del Cuervo. Estos acantilados de origen volcánico fueron cubiertos con sedimentos del fondo marino, para posteriormente ser moldeados caprichosamente por el viento y las olas, son el lienzo de la naturaleza.
Mientras las aguas turquesas brillan con el sol y su brisa salina nos acaricia el rostro, nuestros problemas(si es que traíamos al lugar) desaparecen, se esfuman.
Cerro Negro y San Pedro al fondo
En diversos momentos el mar se nos muestra como algo inmenso, eterno.
Entre las diversas formaciones que la naturaleza esculpe a su gusto encontramos cuevas, mesetas, o incluso planicies que pueden ser objeto de trampolín o de solarium, todo al gusto de cada uno.

Cala Cuervo con Las Negras al fondo


La ruta finaliza en Cala Cuervo, una solitaria y resguardada cala,preferida por las olas para ir a morir.

martes, 4 de octubre de 2011

Torreones de la Chanca

Almería fue una ciudad completamente amurallada. Ya solamente conservamos la muralla que cruza el barranco de la Hoya y sube por el cerro de San Cristóbal para desparramarse sobre él. Esas murallas sempiternas vigilantes sobre la ciudad, tiene una edad de más de mil años.
Pero no son los únicos restos, testigos de las numerosas murallas que surcaban la ciudad. En el barrio de La Chanca, el antiguo barrio del Aljibe,el primer barrio de Almería, quedan aún torreones de lo que era un barrio fortificado.
Torreones de la Avenida del Mar
En total, repartidos por el barrio, son séis los torreones que quedan en pie, que han conseguido aguantar en pie y no ser destruidos, se han negado a desaparecer con el polvo y han luchado porque unos pequeños trozos de nuestro magnífico pasado musulmán sigan ahí, viviendo el presente de un pasado que fue mucho mejor.

Torreón de la Calle Valdivia

Perspectiva de cuatro torreones, dos en la Calle Valdivia, y otros dos en al Avenida del Mar

martes, 5 de julio de 2011

Felix

Felix es un anciano pueblo árabe. A pesar de haber sufrido la reconquista y la represión contra los moriscos, rezuma el esplendor y pasado árabe por todas sus calles. Visto desde lo lejos, es una masa blanca, desparramada por la ladera de la Sierra de Gádor.
En un entorno envidiable, sobre la escarpada sierra, aparece rodeado de almendros. Goza de un clima frío en invierno, con abundantes precipitaciones, por ello, la naturaleza nos guarda su mejor tesoro.
En días claros, al fondo puede verse la costa roquetera, con Aguadulce y el mar de plástico al fondo, semejándose más a un espejismo que a la realidad.

Todo en Felix en fascinante. Desde sus intrincadas calles, pasando por su entorno, salvaje y abrupto, o hasta curiosidades arquitectónicas como las puertas panzudas que se encuentran en algunas casas.
Dejaos llevar, no penséis en nada, fundíos con el paisaje, aspirad con fuerza el fresco y seco aire serrano, sentid la naturaleza en su mayor apogeo y disfrutad.

domingo, 12 de junio de 2011

Torre de los Alumbres.




También conocido como Castillo de Rodalquilar, esta es la fortaleza más antigua de cuantas hay levantadas en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Fue construída en 1509 para defender las minas de alumbre de Rodalquilar, ya que la costa era frecuentada por piratas.  La torre, de forma cuadrada está hecha de cantería y mide 14 metros de altura. Antiguamente contaba con un puente levadizo para poder atravesar el foso que la rodeaba. Una pequeña muralla de piedra rodea a la torre.
A partir del siglo XIX quedó abandonada, y así ha llegado hasta nuestros días, vacía, abatiéndose, olvidada. Su muralla aparece desparramada en su mayoría, la torre vacía por dentro, y en un flanco de la misma aparece el hueco de un antiguo escudo de piedra que fue arrancado.
A pesar de su imagen desoladora continúa vigilando los llanos de Rodalquilar, los olivos, retorcidos al sol parecen estar seguros cerca de ella. Los campos amarillentos de cereal la saludan con sus espigas ya maduras, los azufaifos verdes y frondosos la rodean, ¿van a atacarla o la están admirando?
Aquel que vaya al Playazo de Rodalquilar la verá flanqueando el camino, como dando permiso para poder entrar y recordándonos, que siglos atrás  fue la reina y señora de estos parajes. A pesar del abandono y el estrago del tiempo en su estructura, sigue imponiendo, dándole un toque mágico y de misterio a la zona.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Cortijada del Higo Seco


Cochiqueras
Enclavado a mitad de camino entre Los Martínez y Fernán Pérez, entre unos llanos de espartales y una pequeña carretera apenas transitada, nos encontramos con la Cortijada del Higo Seco. Aparece como el esqueleto de un antiguo gigante. Al igual que los que estudian los huesos de animales prehistóricos son paleontólogos, los que que visiten el Higo Seco serán paleoetnólogos. Es un tesoro para el amante de los Campos de Níjar, como un museo de toda la comarca en ese pequeño espacio. El lugar nos obsequia con diferentes aljibes, chumberas saludando al sol, pitas tumbadas. Las paredes semiderruídas de varios cortijos nos muestra lo efímero de la vida, lo insignificantes que podemos llegar a ser. Casi cualquier cosa que busquemos la encontraremos allí. Desde cochiqueras a hornos de pan en algunas casas, hasta arcos de diafragma que separaban unas estancias de otras. Darse un paseo por el Higo Seco es perderse del mundo, estar en un lugar aislado, en el que parece que el hombre lo ha abandonado para siempre. Todo parece recuerdos del pasado, no hay presente para él.
Antes era un lugar bullicioso, donde vivían muchas familias, la mayoría de las minas de la zona, aunque también tenían sus huertos. Muerta minería, murió la comarca.

lunes, 28 de febrero de 2011

Un sinfín de escondrijos

Una cosa que caracteriza a Almería es tener una infinidad de rincones, escondrijos y demás lugares en los que podemos desaparecer, refugiarnos. Muchos de ellos pasan desapercibidos por la mayoría de los almerienses, por estar escondidos y fuera de paso de las grandes avenidas o calles comerciales. Cada uno de estos es especial, único, que puede transmitirnos todo tipo de sentimientos y evocarnos a infinitas historias.
Plaza Romero, situada en una calle perpendicular a Navarro Dárax, que esta misma desemboca en el Ayuntamiento. Esta pequeña plaza, íntima, esta rodeada de antiguas casas típicas de Almería. Lo más llamativo de este lugar es el olivo que la preside, completamente nudoso es su tronco, no tiene hojas.
Calle Arco, conecta con la Calle Real. Se trata de una antigua casa rehabilitada al estilo más moderno. Uno se asoma a su arco y parece una puerta  otra dimensión, la conexión entre la ciudad moderna y la antigua, dos Almerías unidas por un solo punto. Asomaros...
Plaza Balmes, rincón bellísimo. Cualquier almeriense se asombra al contemplar una foto de la misma, muchos ni la reconocerían. Presidida por un edificio neoclásico, nos llama la atención el busto que en ella se encuentra. Es un homenaje a Lorca, ya que él estudió el bachillerato en esta ciudad, concretamente se alojó en esta plaza. A la derecha podremos contemplar unas ventanas con unas preciosas rejas. Es un rincón que incita a amarlo.
No hace falta irse muy lejos para vivir grandes aventuras,sentirse un descubridor de civilizaciones, o perderse entre calles románticas. En Almería solamente es necesario dejarse llevar, cerrar los ojos y que nuestros pies anden sin rumbo, que se dejen llevar por la marea de la magia de esta ciudad, seguro que a buen puerto llegarán.

lunes, 21 de febrero de 2011

Arquitectura tradicional de puerta y ventana


Almería experimentó un espectacular crecimiento demográfico de 1842 a 1877, pasando la ciudad de tener 17.800 habitantes a 40.323 La fundición de plomo, la carga y descarga de mineral y uva en el puerto, las obras de infraestructura y la tradicional industria del esparto darían darían empleo a todos los emigrantes provenientes del campo.
Para poder organizar la ciudad, se crearon barrios obreros, para albergar a esta población inmigrante, aunque no pudo dar a basto a todos, y muchos tuvieron que vivir en chabolas. Estos barrios obreros fueron creados, igual que los ensanches burgueses, con una trama ortogonal. Estas casan disponen solamente de una planta, rectangular y alargada, con una estructura muy sencilla: muros de mampostería y ladrillo sosteniendo vigas de madera sobre las que descansa el terrado. La fachada se reducía a una puerta y una ventana.Hasta los años sesenta del siglo XX, los almerienses podían disfrutar de una ciudad "horizontal", de casas de planta baja, recordando una ciudad africana más que una europea.
Actualmente esta arquitectura se encuentra en detrimiento, sin estar protegida, cada día va desapareciendo poco a poco. Estas casas, abandonadas en su mayoría, son derribadas para levantar horribles moles, sin identidad, sin vida, sin ser realmente un hogar. Aún quedan zonas donde esta arquitectura es muy representativa, como es la zona de la Calle Restoy, Barrio Alto o la Plaza de Toros. La desaparición de esta arquitectura no solamente supondrá una ruptura del paisaje urbano tradicional, sino que la ciudad perderá parte de su alma, de su esencia. Estas callejuelas, en las que apenas circulan coches, donde acera y calzada forman el mismo cuerpo, y donde durante decenas de años los vecinos se sentaban al fresco en la puerta a charlar de la vida, y disfrutar de una magnífica convivencia. ¿Qué almeriense no ha paseado nunca entre estas calles? Si hay algo que puede identificar a Almería además de la Alcazaba y sus tapas, son estas calles, estos barrios,que se han negado a desaparecer y continuar siendo lugares donde los vecinos se conocen y donde los niños pueden jugar tranquilamente en sus calles. Mientras, emergen edificios en sus solares, otras casas abandonadas, esperan despertar de su letargo y volver a lucir su mejor cara.